Boda en el restaurante In Zalacain
Fue un instante mágico: Soraya y Abel cerraron sus ojos y suspiraron a la vez al leer la carta que ambos se habían escrito para el día de su boda en el restaurante In Zalacain.
Fue antes de la ceremonia, en los preparativos. Después de vestirse cada uno en su casa…
Sin duda, ese momento tan especial nos hacía presagiar que la boda en el restaurante In Zalacain iba a ser realmente emotiva.
La novia estuvo acompañada de dos de sus mejores amigas durante todos los preparativos. Eso hizo que ella estuviera relajada durante toda la sesión de maquillaje. Casi sin darse cuenta, había llegado el momento que tanto había soñado… Mientras, Abel sonreía relajado a su padre, que como buen fotógrafo de bodas que fue estuvo inmortalizando tambien este día tan importante para su hijo. A la vez sus amigos le ayudaban con la chaqueta entre bromas y su madre y hermana le terminaban de ayudar para que todo estuviera perfecto.
La novia llegó a la boda en la Iglesia Santa Beatriz de Silva de Leganés en un espectacular coche clásico. Elegante, llegó al altar donde Abel ya la esperaba impaciente.
Fue una ceremonia religiosa muy personal y preparada al detalle. Hubo tiempo para que familia y amigos leyeran diversas lecturas. Cuando ambos salieron por la puerta de la iglesia de la boda, todos los invitados les esperaban con una lluvia de pétalos de colores.
Fotógrafos de boda en Pozuelo
Después, la celebración de la comida fue en una finca para bodas en Pozuelo; el prestigioso restaurante In Zalacain, a tan sólo 10 minutos del centro de Madrid. Como fotógrafos de boda en Pozuelo, aprovechamos los preciosos jardines de la finca para realizar la sesión de pareja durante la noche. Horas antes tuvimos tiempo de fotografiarles tambien relajados ya después de la ceremonia. Fue un ratito en el que Soraya y Abel charlaron relajados sobre lo que acababan de vivir. Hubo risas de complicidad mientras les fotografíabamos al atardecer.
Finca para bodas en Pozuelo
Durante el cocktail los amigos de ambos les mantearon y hubo muchos momentos divertidos. Durante la comida amigos y familiares aprovecharon el tiempo entre platos para hacer algunos regalos. Como unas zapatillas para estrenar en su viaje a Nueva York.
Después de degustar el exqusito menú del restaurante In Zalacain, los novios bailaron y dieron la bienvenida a la fiesta. Todos los invitados comenzaron a bailar sin parar y las risas y bromas no cesaron. Hubo hasta un divertido photocall con forma de furgoneta.
Uno de los momentos más emocionantes del día llegó cuando proyectamos el «same day edit». Fue en el mismo salón del restaurante In Zalacain, al lado de donde estaba la fiesta. Novios e invitados pudieron ver las fotografías del día ya editadas, con imagenes suyas del propio baile.
Esperamos que os guste este resumen que hemos preparado.